“Él, por su parte, dice que se trata de un juicio de revanchismo porque se negó a apoyar la invasión a Irak.
Con una reiterada frecuencia nocturna, en un rito de placer al final de cada jornada como presidente de Guatemala, Portillo acostumbraba a invitar a algunos cercanos al Palacio de la Cultura, en el pleno corazón de la capital guatemalteca y sede de la Presidencia, a compartir una acogedora conversación informal en torno a unos tragos de un famoso ron de su país”.
(Via EL TIEMPO.COM – Noticias.)
Anuncios
Responder